Generacion Perdida

Las ra¿ces del ¿xodo cubano se encuentran impregnadas de los hist¿ricos acontecimientos de finales de la d¿cada de los cincuenta. Su origen ha dado lugar a muchas pol¿micas y controversias y durante muchos a¿os ha sido tema de de innumerables discusiones. A¿n en hoy en d¿a hay variadas opiniones sobre cu¿l fue la causa de la dr¿stica revoluci¿n que afect¿ a toda la poblaci¿n del pa¿s y que impeli¿ a muchos a abandonar la tierra en que hab¿an nacido y el ambiente cultural en el que se hab¿an criado. Debido a la connotaci¿n pol¿tica de esos trascendentes hechos hist¿ricos es imposible llegar a un consenso sobre qu¿ los provoc¿ y c¿mo ocurrieron exactamente. Quiz¿s bajo la tutela de la ficci¿n sea posible ver esos eventos m¿s objetivamente. Es posible que as¿ se puedan reconstruir en una versi¿n conciliatoria que al menos deje que algunos sean recordados con nostalgia por aquellos que vivieron el exilio, y que permita que el p¿blico en general los comprenda mejor y los juzgue m¿s compasivamente. Ese ha sido el prop¿sito del autor al crear el personaje de Aldo Ochoa, un hombre como muchos miles de ra¿ces humildes que, sin estar afiliados a ning¿n partido pol¿tico y sin sustentar ninguna ideolog¿a determinada, se sintieron acorralados por los acontecimientos que ocurrieron en Cuba a finales del a¿o 1958 y a principios de 1959. Al protagonista de Generaci¿n perdida le ocurre lo que a muchos otros cubanos de su generaci¿n. Un inexorable destino maneja su suerte caprichosamente y lo lleva por rumbos desconocidos donde nunca imagin¿ encontrarse. Pero su incre¿ble entereza y su fortaleza espiritual le permiten vencer los obst¿culos que se le presentan a cada paso. De simple campesino se convierte en un astuto ganadero. Se recobra del injustificado castigo que le imponen dos tiran¿as. Y cuando ve a su familia amenazada por un sistema ideol¿gico avasallador y restrictivo, como otros hombres de su misma generaci¿n, renuncia a todo por salvarla. Pero el destino se ensa¿a con Al